Conceptualitzación de la Cinofobia
La Cinofobia es el miedo irracional o fobia a los perros o enfermedades que puede transmitir. Una fobia es un miedo intenso y desprocionado ante objetos y situaciones concretas como, por ejemplo, las
arañas o los lugares cerrades. La persona tiende a evitar la situación fóbica, aunque suele reconocer que su miedo es excesivo o irracional (en los niños/as puede no existir ese
reconomiento).
Es importante destacar que el objeto o situación temidos no supone ninguna amenaza real para la persona, o, si hay amenaza, la reacción experimentada es desproporcionada. De la misma manera, la fobia tiene que provocar problemas significativos en la vida diaria de la persona. En este sentido, tener fobia a los especios cerrados es mucho más problemático, en una sociedad urbana, que tener fobia a las serpientes. Muchas veces, la fobia empieza a generarse después de una situación traumática con un perro. E la mayoría de los casos, la situación tiene lugar durante la infancia, y el miedo generado permanece en el tiempo y va empeorando. En otros casos, la persona no recuerda ninguna situación traumática, entonces es posible que la imitación o el aprendizage de los adultos, por ejemplo, hayan hecho que la persona genere una fobia. Una vez instalada la fobia, no se irá si no se recibe tratamiento. Se puede decir que una persona tiene cinofobia si:
El Tratamiento
Las fobias específicas relacionadas con un objeto o situación pueden ser tratades mediante terapia cognitiva conductual, y como en nuestro caso, terapia de exposición gradual. En este tipo de
terapias, el objetivo es desterrar el miedo irracional, instaurar nuevos pensamientos y nuevas conductas antes situaciones que representan el estímulo, y exponer gradualmente a la persona a la causa
de su fobia, en este caso los perros, para que poco a poco asocie nuevas experiencias positivas, dejando de banda las emociones negativas asociadas a la misma.
Terapia de exposición gradual:
La terapia de exposición gradual se lleva a cabo con perros reales y/o con imágenes de perros. Se tiene que tener en cuenta que cuando más real es la exposición, es probable que se obtengan mejores resultados. Es importante avanzar poco a poco en la exposición, y si la cinofobia es muy intensa, se empezará con imágenes, para que sea una experiencia lo más positiva posible.
Duración:
La duración de la exposición dependerá de como se planifique el tratamiento, según la intensidad de la fobia que presente la persona. Algunos expertos opinan que con una exposición prolongada se obtienen mejores resultados (aprox 60 minutos). Durante este tiempo, es básica la intervención del técnico, que le ayudará a controlar la ansiedad y a cambiar los pensamientos negativos asociados con los perros por pensamientos más racionales y positivos.
Aplicación:
En primer lugar, una vez la persona se siente preparada para la exposición, nos comprometemos a no irnos hasta que la ansiedad no desaparezca. A continuación, se da la presentación del perro y se anima a la persona a acercarse todo lo que pueda y mantenerse hasta que la ansiedad disminuya. Cuando esto sucede, nos acercamos un paso más hasta que vuelva a disminuir la ansiedad y así sucesivamente. De esta manera, la mente comprende que no existe un peligro real y, por tanto, disminuyen o desaparecen los símptomas relacionados con el miedo o la fobia. Poco a poco, se dan pautas para controlar la ansiedad en diferentes situaciones y se van presentando diferentes perros.
Por norma, trabajamos durante unas 20 sesiones, a razón de una vez por semana, aunque depende mucho del alcance la fobia de la persona.
Fases del tratamiento
El tratamiento no tiene una duración concreta, dado que el avance lo dará el usuario, pero las fases a seguir son las siguientes: