The Collar Project
by AAS DISCAN
The Collar Project es un programa de sensibilización con el que, desde la AAS DISCAN, queremos terminar con el uso indiscriminado de material punitivo y dañino para el perro: collares de ahogo, de pinchos, eléctricos, martingale, etc.
Nuestra misión como educadores caninos es formar a las personas para poder procurar el bienestar del perro, y no sabemos hacerlo de otra forma que educando y mostrando el daño que pueden hacer ciertas metodologías y ciertos materiales.
Estos son los collares que nunca debes usar con tu perro
Un fabuloso collar si lo que quieres es ahogar y pinchar el cuello de tu perro a golpe de tirón. Es todo un dos por uno que dejará unas heridas dignas de Halloween en la piel de tu compañero de cuatro patas.
Este no es tan llamativo como el collar de pinchos, pero también es eficaz si lo que buscas es ahogar a tu perro cada vez que intente oler algo tan común como un árbol.
Este es el típico collar que usan los criadores en las tan llamativas exhibiciones de belleza. Pero eso es un entorno controlado en el que el perro sabe perfectamente lo que tiene que hacer. En ningún caso está recomendado para educar a tu perro.
Te lo venderán como el collar de los collares. Con él tu perro dejará de hacer todo lo que quieras que no haga. Solo se chamuscará y te buscará para refugiarse de esas descargas en su cuello.
Este collar es de esos que ahoga pero no tanto, así que si lo usas, ahogarás al perro, pero no tanto, seguro que no te sentirás tan mal, aunque al perro, daño le harás igual.
Seguro que has visto a muchas protectoras vendiendo este collar porque es el antiescape para los galgos. Pero, sabes por qué no se escapan con este collar, verdad? Exacto, porque en el momento que tiran les presiona el cuello, haciendo la función de ahogamiento. Y no, no es lo que queremos para nuestro perro.
Aunque no lo parezca, un collar unido a una correa es una perfecta herramienta si lo que quieres es ahogar a tu perro cada vez que se separa un poquito de ti.
El típico ronzal de morro, tipo ronzal de caballo, que dirige la cabeza del perro hacia dónde tú quieras, eso sí, a base de latigazos cervicales que pueden suponer lesiones más graves.
Te gustaría ir recibiendo descargas en el cuello, tironcitos o giros de cabeza descontrolados,
cada vez que miraras un escaparate?
Sabemos que la respuesta es que no, así que déjanos decirte algo:
A TU PERRO TAMPOCO
Lo único que vas a conseguir con este tipo de materiales es romper el posible vínculo que hayas podido crear con tu perro, o no llegar a crearlo nunca.
El vínculo con un perro se forma a base de confianza, y la confianza debe ser mutua.
Si el perro no confía en ti, porque no sabe en qué momento vas a pulsar ese botón de las descargas o cuándo vas a pegar ese tirón que hará que se le claven unos pinchos en el cuello, que van haciendo heridas poco a poco.
Heridas causadas por un collar eléctrico y un collar de pinchos. Fuente: Etología Veterinaria
Pero esas heridas físicas, por suerte, se pueden curar.
Las que no son tan fáciles de curar son las heridas emocionales. Las provocadas por el miedo, el terror de no saber qué hacer y qué no.
El perro necesita protección y necesita saber que vamos a estar ahí para él cuando lo necesite.
Al fin y al cabo, somos nosotros los que hemos decidido tener un perro, no al revés.
Así que preservar su especie como lo que es, es nuestra responsabilidad.
Seguro que si le preguntáramos a él, tiraría todos esos collares a la basura.
Estos son algunos problemas emocionales que pueden tener los perros a raíz del uso de este tipo de material, que normalmente va ligado a una metodología de adiestramiento muy concreta, nada amable con el perro:
- Estrés
- Miedo
- Reactividad
- Agresividad
- Pérdida de confianza
- Empeoramiento de la relación
Así que, para empezar, te recomendamos:
- Cambiar el collar dañino por un arnés que le permita el movimiento (aquí tienes algunos ejemplos)
- Pasear con una correa larga, para que puedas darle libertad al perro y recogerla en los momentos que lo necesites.
- En el paseo, déjale olfatear todo lo que quiera.
- Ves cambiando de dirección en el paseo, haciendo que el perro muestre interés por ti.
- No lo saques a la calle únicamente a hacer sus necesidades, piensa que la calle es el lugar perfecto para ayudarlo a socializar.
- Si puedes, varía su ruta. Ir por calles o lugares distintos enriquecerá su paseo, sabes por qué? Porque los olores son distintos y eso hace que su instinto más evolucionado, el del olfato, trabaje con olores nuevos.
Te preguntarás si con esto es suficiente:
No, no lo es. Esto es la base sobre la que podrás construir una nueva relación con tu perro.
El proyecto
Nuestra intención es sensibilizar sobre el uso dañino de estos collares dando opciones para poder cambiar la metodología de trabajo en cada uno de nuestros hogares.
Si quieres ayudarnos a hacer un mundo mejor para los animales, empezando por nuestros perros, ahora puedes!
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